VOLATILIDAD DE LOS PRECIOS EN LOS MERCADOS AGRÍCOLAS

La volatilidad en el mercado de precios nos marca la frecuencia e intensidad de los cambios en los precios.

Las fluctuaciones de precios son una característica habitual y un requisito necesario para el funcionamiento de los mercados competitivos. La esencia del sistema de precios consiste en que la escasez de un producto básico motiva un incremento de su precio, dando lugar al mismo tiempo a una reducción del consumo y a un aumento de la inversión.

La creciente vulnerabilidad de los mercados está siendo ocasionada por:

  • aumento aparente de los fenómenos meteorológicos extremos.
  • mayor dependencia en zonas exportadoras nuevas donde las cosechas dependen de los caprichos del tiempo.
  • mayor dependencia en el comercio internacional para satisfacer las necesidades alimentarias, a costa de acumular existencias.
  • demanda creciente por productos alimentarios de otros sectores, especialmente del energético.
  • mayor influencia de factores macroeconómicos, incluyendo la volatilidad de los tipos de cambio y modificaciones de las políticas monetarias.

La eficiencia del sistema de precios comienza a verse afectada cuando las variaciones en los precios son cada vez más inciertas y están sujetas a vaivenes extremos durante un periodo de tiempo prolongado.

Los últimos episodios de volatilidad extrema de los precios en los mercados agrícolas mundiales presagian mayores y más frecuentes amenazas a la seguridad alimentaria mundial. Para reducir la vulnerabilidad de los países, las políticas deberían equiparlos para que puedan hacer frente a los efectos adversos de una volatilidad extrema, y mejorar el funcionamiento del mercado.

Las intervenciones políticas en episodios pasados de volatilidad extrema han frecuentemente fallado, debido a que las restricciones presupuestarias y el incremento de los precios fueron de tal magnitud que imposibilitaron estabilizar los precios en forma significativa.

Consecuentemente, las intervenciones se han realizado a corto plazo, limitadas a nivel micro, como subvenciones dirigidas a los consumidores y programas de redes de seguridad, o han sido incluso contraproducentes, como las restricciones a las exportaciones que aumentaron la incertidumbre y debilitaron el papel del comercio.

Una posible solución sería  adoptar medidas aisladas, las autoridades deberían mejorar la coherencia y la coordinación en sus respuestas normativas. Éstas deben brindar mayor certeza de que existe un acceso libre a los suministros mundiales, y una mayor confianza y transparencia en el funcionamiento de los mercados, en especial en las bolsas de los productos básicos. Un mejor sistema mundial de vigilancia de la disponibilidad de exportaciones y de la demanda de importaciones, ayudaría a atenuar la incertidumbre y permitiría que los países se equiparan mejor antes de verse afectados de lleno por las crisis. Estas medidas también ayudarían a estabilizar el mercado.

ImagenAutor: Manuel Álvarez García