AGRICULTURA Y CAMBIO CLIMÁTICO
¿Qué es el cambio climático?
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término cambio climático para referirse a las modificaciones que suceden en el presente y sólo por causas relacionadas con el hombre y lo define como “Un cambio en el clima, atribuible directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad climática natural observada durante períodos de tiempo comparables».
La atmosfera está compuesta principalmente por nitrógeno y oxígeno, pero también, en menores proporciones, de dióxido de carbono, vapor de agua, metano, óxido nitroso y CFCs entre otros compuestos que denominamos Gases de Efecto Invernadero (GEI). Los GEI son, en cierta medida, los responsables de la temperatura de la tierra. El ser humano es uno de los principales actores climáticos, sus acciones influyen notoriamente en la composición de la atmósfera y por ende de la alteración de la temperatura de la Tierra.
Efectos del Cambio Climático sobre la agricultura.
La agricultura es un de las actividades productivas que más depende del clima y de su variabilidad a lo largo del tiempo. Cambios de temperaturas y en las precipitaciones, o el incremento de los niveles de CO2 atmosférico, afectan de manera muy significativa al desarrollo de los cultivos.
Además, el cambio climático puede afectar a la falta de disponibilidad de agua o a la ocurrencia de efectos climatológicos adversos y extremos. Pero a pesar de esto también puede generar beneficios. Así pues, dependiendo de la zona donde consideremos, el cambio climático puede generar o no beneficios.
Es muy intuitivo pensar que el incremento de dióxido de carbono supondría un aumento de productividad agraria, de biomasa y de la eficiencia en el uso del agua, pero estudios recientes demuestran que ocurre lo contrario, menos agua, más presencia de plagas o enfermedades y un empeoramiento en la calidad de los suelos y el agua.
Posibles efectos positivos y negativos de cambios en el clima para la producción de cultivos.
- Aumento de la temperatura. Positivos: Periodos de crecimiento más largos y más rápidos. Nuevos cultivos en zonas frías. Negativos: Estrés térmico, crecimiento de mas las hierbas, plagas y enfermedades, problemas de floración.
- Variación de las precipitaciones. Positivos: Aumento de la productividad, menos necesidad de agua. Negativos: Inundaciones y salinización, sequías, malas hierbas, plagas y enfermedades., erosión.
- Aumentos de los GEI- Positivos: Incremento de la fertilización por el aumento de CO2. Negativos: Efectos adversos de otros gases.
Estrategias para la mitigación y adaptación al cambio climático.
La lucha contra el cambio climático tiene dos líneas fundamentales, control de las emisiones de GEI (mitigación) y ajustes a las consecuencias del cambio (adaptación). La agricultura para ser sostenible en un futuro debe jugar ambos papeles.
Las principales medidas de mitigación son:
- Reducción de las emisiones.
- Aumento de los sumideros de CO2.
- Aumento de la eficiencia energética y reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
La adaptación se refiere a los cambios necesarios para poder hacer frente a las consecuencias reales del cambio climático, es decir, reducir la vulnerabilidad a los mismos y aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece los nuevos escenarios climáticos que se puedan dar.
Campaña tras campaña, los agricultores saben que en su actividad deben de tomar ciertas decisiones que ayuden a adaptarse a los cambios en las condiciones climáticas. Las medidas que han tomado hasta el momento se han basado en la alteración de los patrones de os cultivos o cambios en la gestión de los mismos, pero esta parece ser que es insuficiente para mitigar los efectos negativos que sucederán a medio y largo plazo.
En nuestra península, con clima mediterráneo en su mayoría, en la que los cambios que se van a producir son de incremento de la temperatura, poca disponibilidad de agua y precipitaciones de mayor intensidad, los principales riesgos que se presentan a los agricultores se derivan de menores cosechas y posibles conflictos por la obtención de agua para sus riegos.