Beneficios de la alfalfa
La alfalfa es uno de los cultivos que más beneficios aportan al terreno y al ganado.
Dentro de los beneficios que aportan al terreno los más destacados son los siguientes:
- Es una de las mejores opciones para la rotación de cultivos extensivos, siendo un excelente precedente del cereal de invierno.
- Disminuye la erosión del suelo
- Corta el ciclo de las enfermedades del trigo y la cebada. Además la alfalfa tiene un fuerte poder competitivo, disminuyendo sensiblemente la competencia de las malas hierbas.
- Otra ventaja añadida de esta leguminosa es que no necesita abono nitrogenado, ya que fija el nitrógeno del aire y lo redistribuye incluso a los cultivos implantados después. Enterrada tras tres años, restituye de 40 a 60 unidades de nitrógeno para la campaña siguiente, y sus aportes permanecen durante varios años. Es aconsejable un aporte de fósforo y potasa en una cuantía en función de las extracciones del cultivo.
Respecto a los beneficios que aporta al ganado, decir que es uno de los cultivos más valiosos para su alimentación , tanto en pastoreo directo como en las distintas formas en que su forraje puede ser conservado, radicando su valor en:
- Alto potencial de producción de materia seca.
- Alta concentración de proteína.
- Alta digestibilidad.
- Alto contenido de vitaminas A, E y K, y de la mayoría de los minerales requeridos por el ganado productor de leche y carne, en especial calcio, potasio, magnesio y fósforo.
- Elevados niveles de β-carotenos, precursores de la vitamina A, que influyen en la reproducción de los bovinos.
En cuanto al manejo del cultivo de la alfalfa, hay que tener especial cuidado en el momento del corte, Para su determinación se deben considerar dos factores:
- Los patrones de crecimiento que definen la cantidad.
- La calidad del forraje producido.
Lo que hay que buscar es el punto óptimo entre cantidad y calidad, del forraje. Teniendo en cuenta que a medida que avanza el estado de madurez de la alfalfa se produce un aumento en la cantidad de forraje acumulado, en detrimento de la calidad de la misma, disminuyendo la proporción de hojas, el contenido proteico, la digestibilidad, aumentando la proporción de lignina sobre la fibra, más tallos que hojas y los problemas de enfermedades foliares.
No solo hay que tener cuidado en el momento de corte, sino también la frecuencia con la que se realiza el corte, la altura a la que se realiza el mismo y a la cantidad de agua a aplicar
- La frecuencia de corte varía según el manejo de la cosecha, es un criterio muy importante para la determinación del rendimiento. Los cortes frecuentes implican un agotamiento de la alfalfa y como consecuencia una reducción en su rendimiento y densidad. Cuanto más avanzado es el estado vegetativo de la planta, más rápido tiene lugar el rebrote del crecimiento siguiente. Él rebrote depende del nivel de reservas reduciéndose éstas cuando los cortes son frecuentes.
- La altura de corte es muy importante debido a que el rebrote no depende solamente de las reservas de carbohidratos de la raíz sino también de la parte aérea. La alfalfa cortada alta deja en la planta tallos ramificados y yemas que permiten el rebrote continuado. Indicar que si se corta frecuentemente en estados tempranos de crecimiento, implica una reducción en el rendimiento y una disminución de la densidad de plantas de alfalfa a causa de las insuficientes reservas acumuladas en los órganos de almacenamiento. La máxima producción se obtiene con menores alturas de corte y cortadas a intervalos largos.
- Otro factor importante es la cantidad de agua aplicada, la cual depende de la capacidad de retención de agua por el suelo, de la eficiencia del sistema de riego y de la profundidad de las raíces. La alfalfa requiere la administración hídrica de forma fraccionada, ya que sus necesidades varían a lo largo del ciclo productivo, el periodo crítico y cuando hay menos humedad en el suelo es después de cada corte, además de que la planta en ese momento sufre un gran impacto de su sistema vegetativo, que hace que hasta que vuelva a brotar este necesitada de agua.
Autor: Álvaro Álvarez García