¿CÓMO MANTENER Y AUMENTAR LA FERTILIDAD DEL SUELO?

El uso excesivo de fertilizantes nitrogenados, la eliminación excesiva de plantas por cultivo, el desmonte, la quema y sobrepastoreo, además del uso excesivo de las leguminosas, nos pueden dar un incremento de nuestra cosecha a corto plazo, pero a la larga los resultados que se van a obtener son los siguientes:

  • Aumento del coste total en energía de nuestras cosechas
  • Disminución de la fertilidad del suelo debido a la pérdida de nutrientes y de materia orgánica, lo que va a provocar un aumento de la alcalinidad, salinidad, toxicidad y desertificación
  • Disminución del valor nutritivo de las cosechas.
  • Disminución de la resistencia de las cosechas a la enfermedad.
  • Aumento del nivel de elementos químicos tóxicos en el suelo y en la cosecha.

En la actualidad la agricultura se está llevando a cabo con las anteriores premisas, y si esta situación se prolonga durante mucho tiempo llegaremos a una agricultura no sostenible.

El fin de la agricultura es captar la energía del sol a través de las plantas para producir alimento, y para ello es muy importante mantener una adecuada fertilidad de los suelos que van a producir estos alimentos.

Para mantener esta fertilidad es muy importante que la materia orgánica sea continuamente devuelta a la tierra. La mejor materia orgánica que podemos encontrar es la que proviene de plantas maduras y es mejor devolverla a la superficie del suelo que incorporarla al mismo.

Para conseguir una mejor fertilidad de los suelos debemos tener en cuenta:

  • Los residuos de las cosechas no deben ser quemados.
  • Los pastizales no deben ser sobrepastoreados y deben dejarse descansar cada cierto tiempo.
  • Las plantas cultivadas deben tener un mantillo vegetal (ya sea muerto o vivo) alrededor de ellas. Los mejores mantillos vivos son aquellos que tienen altos niveles de precursor de etileno, así los nutrientes serán reciclados y se estimulará la actividad microbiana.
  • Cuando sea necesario cultivar para airear un suelo compactado, se deben usar técnicas mínimas de laboreo.
  • No debemos excavar ni arar, y es mejor cortar las hierbas en lugar de arrancarlas, así las plantas se mantienen creciendo en el suelo todo el tiempo y el suelo se remueve lo menos posible.
  • Si necesitamos aplicar fertilizante para aumentar la fertilidad de un suelo pobre o para establecer nuevos cultivos, debemos aplicar solo fertilizantes cuyo nitrógeno se presenta en forma de amonio. La  mejor forma de aprovechar el nitrógeno (ya sea aplicado de forma natural por materia orgánica o leguminosas, o a través de material sintético)  es ir aplicándolo conforme las plantas lo consume, o bien si existen microorganismos capaces de ligar el nitrógeno e ir soltándolo poco a poco conforme se vayan muriendo.
  • Los abonos deben aplicarse en los tiempos de alta demanda por parte de las plantas. Es mejor realizar varias aplicaciones pequeñas, que no una o dos importantes.
  • Cuando aplicamos fertilizantes podemos agregar material vegetal maduro, como pueden ser tallos de pasto o paja de trigo, los cuales tienen un alto contenido de carbono y bajo contenido de nitrógeno. De este modo los microorganismos utilizan el carbono y por consecuencia el nitrógeno, ligándolo a sus propios cuerpos, obteniendo después una descarga lenta de nitrógeno en el tiempo.
  • Controlar el uso de leguminosas en el sistema, teniendo en cuenta el equilibrio natural de leguminosas en la zona.

Si conseguimos mantener la fertilidad de nuestros suelos, nuestra agricultura será más sostenible y duradera, y por tanto, a largo plazo más productiva.

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