Cultivo sin suelo
Por cultivo sin suelo, se entiende cualquier sistema que no emplea el suelo para su desarrollo, pudiéndose cultivar en una solución nutritiva, o sobre cualquier sustrato con adición de solución nutriente.
En los últimos años, los sustratos sin suelo y los medios líquidos han ido cobrando cada vez más popularidad por una simple explicación, que es tener mayor control: control para reducir las enfermedades transmitidas por el suelo, control de la nutrición mineral y mayor control de la calidad de los frutos.
Ventajas
Entre las ventajas de los medios sin suelo, podemos destacar que se obtiene una óptima relación aire/agua en el sistema radicular de la planta y mayor control de la nutrición, puesto que no existen interacciones.
Además, se puede conseguir un ahorro de agua y fertilizantes en sistemas cerrados donde se reutiliza el drenaje. Al emplear sustratos inertes, sabemos que están libres de enfermedades típicas de los suelos y se reduce el uso de fitosanitarios.
Generalmente, se puede obtener una mayor calidad del cultivo y del fruto, pero además, una mayor precocidad y potencial productivo, debido a que la planta consume menos energía cuando toma la solución nutritiva que en los sistemas de cultivo en el suelo.
Por ser alternativo al empleo de desinfectantes más o menos agresivos, siempre que se cumplan una serie de normas de higiene en cuanto a los lixiviados y los materiales de desecho, podría contemplarse como compatible a los reglamentos de producción integrada que se están diseña dos para los cultivos hortícolas producidos en invernadero.
Inconvenientes
En sistemas abiertos, los drenajes pueden suponer una fuente de contaminación y además, este sistema requiere de mayor precisión en el manejo del riego y nutrición.
La ausencia de mecanismos de defensa del propio sustrato, hace que puedan aparecer problemas en la raíz de las plantas.
Los costes de la puesta en marcha de la instalación son más elevados y re quiere de asesoramiento técnico para el agricultor por ser una técnica novedosa.