Últimamente estamos asistiendo a unos de los mayores avances de la tecnología gracias al internet de las cosas. Sus aplicaciones son múltiples y está al alcance de la gran mayoría de personas, también para la agricultura; en este caso, por ejemplo, con los drones.
En un primer momento estos aparatos surgieron como una aplicación militar para utilizar aviones no tripulados, minimizar su coste y el del personal. Posteriormente, el mundo del entretenimiento se fijó en estos aparatos para el uso por civiles solamente por diversión. Ahora, hemos visto que estos aparatos pueden ser utilizados también en agricultura para ayudar en multitud de funciones si disponen del equipo adecuado. Entre las aplicaciones que podemos encontrar en el uso de drones tenemos:
- Manejo eficiente del agua. La falta de agua en las plantas hace que se reduzca la transpiración de las mismas, y aumenta la temperatura. Este aumento de temperatura se puede monitorizar con sensores térmicos. Así podremos saber qué zonas de nuestra zona de cultivo necesitan más agua que otras o si nuestro cultivo está falto de agua.
- Uso óptimo de fertilizantes. La detección a partir de sensores multiespectrales que estiman el desarrollo vegetativo, permite la aplicación de fertilizantes sólo en las zonas en las que es necesario.
- Supervisión de áreas fumigadas. Al disponer de vista de pájaro, el seguimiento de las actuaciones en las fincas se ve optimizado, ya que dispondremos de las imágenes de la misma.
- Indicadores de calidad en cultivos. Gracias a sensores multiespectrales proporcionados por diversas compañías, permiten obtener indicaciones de la calidad de los cultivos sin tener que realizar medidas en campo, que requieren mucha más cantidad de mediciones que las de un vuelo de dron.