El cultivo del almendro

El almendro es un cultivo típicamente mediterráneo, presentando una gran capacidad de adaptación a condiciones muy diversas. De tal forma, puede soportar elevadas temperaturas veraniegas y extremos fríos invernales, o sobrevivir a prolongados periodos de sequía; así como poder ser cultivado en suelos muy pobres. Aunque los niveles productivos serán tanto mayores cuanto mejores sean las condiciones medioambientales.

El almendro se adapta productivamente a un amplio rango de disponibilidades hídricas, de tal forma que se encuentran plantaciones productivas tan opuestas como el Valle de San Joaquín (California, EE.UU.), donde los suelos son fértiles y profundos y los almendros reciben cantidades muy importantes de agua de riego (unos 1.200 mm/año), y secanos áridos del litoral mediterráneo, en los que los almendros no reciben más agua que la de lluvia y los suelos son normalmente pobres y poco profundos.

La razón de esta adaptabilidad a diferentes condiciones de disponibilidad hídrica es su capacidad para convivir  con el déficit hídrico, e incluso con otro tipo de adversidades como la salinidad.

almendro.jpg

La comparativa entre producciones en ambas situaciones (regadío vs secano) es muy diferente, con un ratio que puede llegar a ser de 1/10 a favor de las condiciones de riego.

Por lo tanto, la elección de un programa de riego adecuado para el cultivo del almendro es fundamental para optimizar su rendimiento. Por otro lado es lo más complejo de establecer en este tipo de explotaciones.

El método más utilizado es mediante el balance hídrico, que consiste en restituir al huerto aquellos volúmenes de agua que ha perdido por evapotranspiración (evaporación de agua directamente del suelo y transpiración a través de los tejidos verdes de la planta, principalmente a través de las hojas).

El método del balance hídrico determina de forma empírica que volumen de agua puede evapotranspirar una plantación en un día y lo denomina “evapotranspiración del cultivo”. Las estaciones agroclimáticas proporcionan una evapotranspiración de referencia y ambos términos se relacionan con el coeficiente de cultivo. Aplicando una serie de formulas muy complejas se llegan a calcular los mm/día de agua que necesitas aportar al cultivo.

Para finalizar, se puede deducir que los aportes de agua de riego generan una respuesta positiva en el almendro. Su potencial máximo de cultivo puede llegar a los 3.000 kg/ha de almendra grano. Sin embargo, en España que aun no se han adoptado este tipo de prácticas, no superan los 200 kg/ha de almendra grano.  Aun así España es la segunda potencia mundial en producción de almendra, concentrándose principalmente en las Comunidades del litoral mediterráneo: Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares (Mallorca) y Cataluña. Esta producción resulta muy variable debido a la sequía y a la incidencia de las heladas, que afectan a la floración y al posterior cuajado del fruto.