Científicos de la Universidad Politécnica de Varsovia han creado la primera abeja robótica diseñada para polinizar artificialmente, un dron miniaturizado que es capaz de encontrar una flor, recoger su polen, y transferirlo cuidadosamente de la flor masculina a la femenina para fertilizarla.
El invento es especialmente significativo pues es una “esperanza alternativa” si se tiene en cuenta que la mortalidad de las abejas polinizadoras, de las que depende la mayoría de los cultivos, aumenta cada año de manera alarmante.
Este insecto robótico ya ha sido probado con éxito en el campo y su capacidad de polinizar se ofrece como una “esperanzadora alternativa” para hacer frente a la reducción constante de la población mundial de abejas.
Han creado 2 tipos de drones polinizador, uno volador y otro terrestre, ambos armados con una especie de plumero que impregnan del polen que reparten luego entre otras flores.
B-Droid terrestre
El B-Droid terrestre tiene más autonomía de trabajo y su batería es más duradera, “así que el agricultor puede retirarse tranquilamente a casa y dejar al dron trabajando hasta que regrese de manera autónoma a su fuente de energía”. Su inventor afirma que estos robots pueden también utilizarse para una “agricultura de precisión” como “dosificadores inteligentes” de fertilizantes, abonos o pesticidas. Añaden que se les puede programar para que depositen determinadas cantidades dependiendo del tipo de planta o de la ubicación.
El dispositivo es un robot sobre ruedas que lleva una computadora con el software necesario. Esto le permite realizar sus tareas de forma completamente autónoma. El robot observa el terreno usando cámaras y comprueba las imágenes capturadas por la presencia de flores en las inmediaciones. Además, al analizar las imágenes de las cámaras puede crear un mapa del terreno y determinar su propia ubicación. Entonces, si el robot «ve» una flor, establece su ubicación y prepara los datos necesarios para llegar a la flor con un cepillo para mover el polen, recoger el polen y moverlo a la siguiente flor que se detecta.
B-Droid volador
El B-Droid que vuela es simplemente un quadcopter, cuya computadora (software) permanece en la tierra. Todas las operaciones son supervisadas por un ordenador externo, pero la electrónica de a bordo permite el análisis y la transferencia de datos, entre otras cosas. Las imágenes de las cámaras son utilizadas por la computadora para planear su ruta a las flores. Una vez que determina su ubicación, así como la suya propia, se traza una trayectoria de vuelo.
Sin embargo, el dispositivo volador es mucho más desafiante en términos de navegación y consume más energía al mismo tiempo. La batería de a bordo sólo permite un par de minutos de vuelo, mientras que la versión rodante del B-Droid gestiona más de 2 horas.
Aunque un dispositivo artificial nunca será lo mismo que un ser vivo, al menos, se podría suplir el gran trabajo polinizador que realizan estos insectos. Por ello, están diseñando un enjambre de abejas robot.