En el modelo de agricultura moderna se tiende hacia el fomento de la eficiencia de los recursos disponibles, la sostenibilidad del sector agrícola, la preservación del medioambiente y la seguridad y calidad de los productos.
En la actualidad, el 70% del consumo de agua potable a nivel mundial procede del sector agrícola y las plagas y las enfermedades ocasionan pérdidas superiores al 15% de la producción. Además, aplicaciones inadecuadas de productos fitosanitarios, abonados o condiciones climáticas adversas, no sólo ocasionan pérdidas en la producción sino también en la calidad de los productos.
Por todo ello, el sector agrícola profesional debe adaptarse a estos requisitos y su apuesta por la innovación, no es sólo una herramienta para lograrlos sino también para mejorar la productividad y calidad de sus productos así como para obtener una diferenciación respecto a sus competidores.
En este sentido, las denominadas Redes de Sensores Inalámbricas pueden ser una herramienta para monitorizar, predecir y optimizar la gestión y los recursos de la actividad agrícola en tiempo real.
Las Redes de Sensores Inalámbricas están formadas por:
- Un equipo remoto que consta de un circuito analógico y un sistema de comunicación, con alimentación autónoma (batería y placa solar) y al que se le acoplan diferentes sensores en función de las necesidades.
- Los sensores, captan la información del entorno (temperatura, humedad ambiente, humedad suelo, radicación solar, pluviometría…) y la transfieren al equipo remoto, el cual la envía a través de comunicación inalámbrica a un centro de control, que puede ser un ordenador u otro punto de comunicación, bien de forma directa o a través del resto de los equipos remotos distribuidos por la explotación.
El centro de control, encauza los datos hacia los servidores, donde se almacenan y pueden ser consultados por el usuario a través de una aplicación.
La puesta en marcha de las Redes de Sensores Inalámbricos en la agricultura necesitan diferentes etapas:
- Identificar la cantidad de equipos remotos y sensores necesarios así como su ubicación.
- Instalación, programación y comunicación de los sensores con los equipos remotos y con el centro de control.
- El usuario final accede por ordenador, móvil o tablet a toda la información captada por los sensores a través de una aplicación propia.
Con estas estructura podemos realizar un control remoto de determinados elementos de la explotación (apertura/cierre electroválvulas, riego…).
Por tanto, la utilización de las Redes de Sensores Inalámbricos en el sector agrícola es una herramienta que aporta un mayor control de la explotación y por tanto una mayor capacidad de reacción ante imprevistos consiguiendo un mejor uso de los recursos hídricos. Con esto conseguiremos una optimización tanto desde el punto de vista agronómico, medioambiental como económico y así poder evolucionar hacia una agricultura de precisión. Además podremos conocer las causas de una mayor/menor producción de la explotación o la calidad de los productos.